lunes, 9 de mayo de 2016

Campos de Soria


Estos chopos del río, que acompañan
con el sonido de sus hojas secas
el son del agua, cuando el viento sopla,
tienen en sus cortezas
grabadas iniciales que son nombres
de enamorados, cifras que son flechas.


El atractivo de esta enigmática ciudad se funda en una firme alianza entre la naturaleza y la cultura.
Una simbiosis entre los parajes que el Duero dibuja en torno a la ciudad y el fulgor esculpido de la piedra románica de sus principales monumentos. Creada por las desdichas de una intensa historia medieval, Soria, se impone como un espacio real inventado por poetas como Bécquer, Unamuno o Gerardo Diego, pero sobre todo, como, bajo la rúbrica del escritor que más acertó describiéndola y con el que he abierto este post, Antonio Machado.

Boda
Sin duda, los años más dichosos y felices para el poeta los vivió en esta ciudad. Aquí, por caprichos del destino, conoció a la que se convirtió en su esposa un 30 de julio de 1909. Tirando de hemeroteca he podido encontrar un pequeño artículo de El Avisador Numantino donde relata, con todo lujo de detalles, lo siguiente:
"Ayer, a las diez de la mañana, en la iglesia de la Mayor, quedaron unidos por los indisolubles lazos matrimoniales, la encantadora señorita Leonor Izquierdo Cuevas y el laureado poeta D. Antonio Machado y Ruíz...
La novia, en la ceremonia, lució elegantísimo traje de seda negro y magníficas joyas, cubriendo su hermosa cabeza con el clásico velo blanco prendido elegantemente y adornado con un ramo de azahar.
El novio iba de rigurosa etiqueta..."

En el siguiente enlace podéis brujulear sobre la vida y obra de Antonio Machado en Soria.

Pero Soria no es solo Antonio Machado, Soria es mucho más. Soria es cultura, es pasión, son sus gentes, es gastronomía.

Reconquistada por los castellanos, fue el Rey Alfonso I El Batallador quien inició su repoblación en el S. XII, aunque no fue hasta el reinado de Alfonso VIII cuando obtuvo privilegios que fomentaron su crecimiento gracias a su situación geográfica resultando muy positivo para el auge comercial, dinamizado por una numerosa comunidad judía, y basado en las manufacturas de la zona, entre ellas las derivadas de la lana.

¿Sabíais que su nombre es un derivado del término latino Dauria -> Duero? ¿Y sabíais también que fue escenario de importantes episodios bélicos tanto durante la Guerra de Sucesión como en el levantamiento antinapoleónico de principios del S. XIX?

El viaje por Soria capital, lo voy a dividir en dos partes:

Iglesia de Santo Domingo
Primeramente, el casco histórico, perfecto entramado donde ademas de localizarse gran parte de la riqueza monumental y artística, están los comercios, restaurantes y bares con más solera.

Destacable es su Plaza Mayor, donde se encuentra la antigua Audiencia convertida en centro cultural, el Palacio de los doce Linajes, sede del Ayuntamiento y la Iglesia de Santa María La Mayor.

La Iglesia de Santo Domingo, cuya foto es la que preside este párrafo, es de obligada visita. Considerada como una única pieza en el románico español, la Iglesia de Santo Domingo, tiene claras influencias del francés Poitiers, su portada muestra una bellísima decoración escultórica, con figuras bíblicas en capiteles, mientras que en el centro del frontón se abre un gran rosetón abocinado, donde se recrea, entre otros, un bestiario.

Ruinas de San Nicolás




Y para finalizar este epígrafe dedicado al casco histórico soriano, es importante mencionar las Ruinas de San Nicolás. Su Iglesia fue construida en el S. XIII, en el XIX se demolió la bóveda, a día de hoy quedan en pie parte de la cabecera y el muro meridional.




Y después, el denominado "Paseo por el Duero", donde, para mí, lo más significativo es la Ermita de San Saturio.

Siendo uno de los lugares más visitados de Soria, se reconoce como un "Lugar mágico" por tratarse de la vida y milagros del santo que. Como podéis ver en la fotografía de más abajo, es un templo barroco que, asomándose al Duero, se alza en promonitorio rocoso sobre la cueva donde transcurrió la vida el patrón de la ciudad. Machado también inmortalizó esta ermita con alguno de sus versos.

Sin duda merece la pena visitarlo, como también merece la pena asomarse desde cualquiera de los escasos vanos del edificio para contemplar el río remasando a los pies del armónico conjunto formado por la peña, la cueva y el templo.

Ermita de San Saturio

Antes de finalizar esta entrada, quiero hacer una pequeña mención a sus fiestas patronales: Los Sanjuanes y la festividad de San Saturio.

Los primeros, se celebran la segunda quincena de junio y son una reminiscencia medieval centrándose en la figura del toro. Se desarrollan numerosos ritos populares protagonizados por las 12 cuadrillas vecinales que representan a los principales barrios de la ciudad y cuyo contínuo ajetreo interrumpen por unos días las actividades diarias. Los segundos, son más tranquilos, se celebran el 2 de octubre y supone la festividad del patrono.

Lamentablemente no he vivido ninguna de las dos fiestas, pero tengo familia que sí, y por lo que me cuentan son muy divertidas y agradables. Lo tengo anotado en "asuntos pendientes por hacer antes de cumplir los 150 años".

Y esto es todo por hoy. Espero que se os haya hecho entretenida la lectura.

¡Hasta la próxima!

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