lunes, 4 de julio de 2016

Redescubriendo el complejo La Hacienda de Los Santos

Hace justo un año tuve el placer de disfrutar de uno de los complejos más bellos y embaucadores donde celebrar una boda. No se trataba de la mía, sino de la de mis padres (ya sé que a muchos de vosotros os llamará la atención eso de "asistir a la boda de tus padres", pero, después de tropecientos años de amor, decidieron, como ellos decían, "formalizar la relación").

En este caso, fue una ceremonia civil, íntima, en la cual yo tuve el honor de hacer de madrina (aunque bien sabéis en los matrimonios civiles no existen las figuras madrina-padrino, sino testigos), acompañando a mi padre al "altar", donde esperábamos impacientes la llegada de mi madre y mi tío, que hacía las funciones de padrino.

Fue muy muy especial, se respiraba amor por los cuatro costados.

Desde el minuto uno que decidieron casarse en este complejo, no encontramos ningún problema, Julia, la encargada de la organización de las bodas, estableció las pautas de cómo iba a ser (y, efectivamente, así fue), sin duda ella es el alma de La Hacienda de Los Santos (si pincháis en el nombre, iréis directamente a su página web).



Y este año he tenido la ocasión de repetir, tampoco en mi boda, sino en una de mis mejores amigas, amigas de toda la vida, desde los 2 años y medio, con nuestro baches, pero siempre amigas... 

En este caso, fue una ceremonia religiosa, pero el convite lo celebraron allí. La verdad es que fue brutal, no esperaba menos, el cóctel extenso y muy rico, y la cena exquisita y abundante. 
La atención del servicio estuvo acorde al sitio que es, educados y correctos, amables en su totalidad, y muy pendientes de los comensales.

Sin duda es un sitio con calidad y de calidad, situado en la ladera de la montaña que sube hacia Los Santos de la Humosa, de fácil acceso y cercano a Madrid capital (unos 30 minutos en coche aproximadamente).

Y esta es mi entrada por hoy, espero que os haya gustado. ¡Hasta la próxima!




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